martes, 29 de junio de 2010

Tobarra

La ciudad de Tobarra tiene su origen como tal cuando un miembro adelantado de la corte, amigo del rey, fue agasajado por éste. Me explico, el rey le dijo que en premio por sus destacados servicios le iba a regalar la administración de una villa del lugar que eligiera de las Españas. Este noble (cuyo nombre el tiempo ha olvidado) pidió fuera el lugar que hoy ocupa Tobarra y con un amplio término municipal (para que hubiera buenas tierras y lugares que disfrutar y administrar).
El rey, guasón por demás, le dijo que le daría tan amplio término municipal como pudiera barrer en 24 horas. El noble no se achantó.
El día señalado la Corte en pleno se preparó a ver el espectáculo. El noble barrendero, para no perder el ritmo del barrimiento llevó consigo un grupo de tambores que se lo marcaban. Al cabo del día el noble había barrido 324, 96 kilómetros cuadrados, ahí es nada.
Y ese es el término municipal del lugar, que no es chico.
El nombre, como habrá deducido el lector sabio, proviene de "todo lo que barra" >Toloquebarra > Tolobarra > Tobarra.
Y es también en esta historia donde se da explicación a la afición, tradición y magisterio del tambor en el lugar.
Por hoy vale.

domingo, 13 de junio de 2010

Erustes

Dicen quienes saben de esto que la toponimia de este pueblo proviene de una palabra vasca: irusta, trébol (iru: tres; osto: hojas). Aunque, seamos serios, quizás el sustrato indoeuropeo del término coincida con los vocablos vascos, pero decir que el origen está en una colonia vasca allí ubicada, raro parece.
Es como si Sandro Weltz afirmara que el nombre del lugar se debe a que allí era donde se reunía el dios griego Eros con sus amigos para tomar el té, o varios tés. Así: Eros-te > Erostes > Erustes... Pero a don Sandro no se le pasó por la cabeza esta idea (que si se le hubiera pasado la habría escrito seguro).
Lo cierto es que parece ser que en el lugar no había nada hasta que fue a vivir allí un famoso periodista estadounidense del New York Herald llamado Henry Stanley, famoso por haber encontrado al doctor Livingstone tras un accidentado periplo por el corazón de África.
Lo cierto es que tras la aventura que culminó con la archifamosa pregunta: "Eres usted el doctor Livingstone supongo" todo el mundo le hacía broma y fiesta con la incorrección gramatical del "Eres usted el doctor..." porque o "Es usted" o "Eres tú".
Así que harto de aguantar tanta guasa se retiró del mundanal ruido a este despejado lugar de la provincia de Toledo, y aun así no paraba de encontrar gente (pastores, agricultores, viajantes...) que le decían, "¡Mira, el de Eres usted!"
Y al lugar donde se instaló Stanley pronto se lo conoció como Eres usted, que con poco, ya se ve: Eres usted > Eresusted > Ereusté > Erustes.
Claro como el agua clara.
Y por hoy vale.

lunes, 7 de junio de 2010

Selas

Dicen que el nombre de este hermoso pueblo de la comarca del Señorío de Molina se debe a que antaño había allí muchos silos para almacenar grano: de silos a Selas un revolcón de vocales.
Gente más seria (pero no menos divertida) dice que Selas proviene del vasco Zelai, o del íbero Selai, que significa prados, campos. Porque en el lugar hay buenos campos y mejores prados.
Sin embargo es conveniente, una vez más, realizar el estudio sobre el terreno. Y yendo al lugar se puede observar que la solución es fácil de desentrañar.
Sucede que en el pueblo de Selas nace el río Mesa, uno de los dos ríos que nacen en la provincia de Guadalajara y cuyas aguas van a desembocar al Mediterráneo. Lo cierto es que este río se llama Mesa y en su paso por la provincia delineó una de las fronteras fortificadas con castillos durante la Reconquista.
Así pues como allí nacía el río Mesa, al lugar que acogía a ese río en su seno se le llamó Sillas (porque lo más conveniente para una mesa es tener unas buenas sillas a su alrededor; aunque también los hay que afirman que el nombre de Sillas le viene porque el pueblo es cómodo para habitar).
Lo cierto es que el pueblo fue llamado Sillas, y este nombre, con el paso de los años fue deturpándose hasta llegar al que hoy da nombre al pueblo: Sillas > Silas > Selas.
Un precioso pueblo: vayan a visitarlo.
Y por hoy vale.

Herencia

A veces las toponimias aparentemente más obvias esconden detrás una compleja complejidad. Este es, indudablemente, el caso de Herencia, en la provincia de Ciudad Real, que da bien para un engaño.
Así pues el indómito (o acaso insólito, o incluso solito) Sandro Weltz asegura que Herencia consigue su nombre al ser una aldea que la Orden de San Juan asume por herencia. Y se queda tan ancho.
La verdad es que detrás del nombre de este pueblo hay una bella historia. Allá vamos.
Había cerca de aquel lugar una hermosa, inteligente y amable dama que un día decidió casarse, y bueno, ya saben los lectores, lectoras, de este blog cómo solía ser antes esto de la selección de candidatos a marido. Una larga fila de pretendientes se agolpaba a las puertas de la casa de la bella dama, pero ella no terminaba de dar con el hombre adecuado: cuando uno era guapo le olía mal la boca, cuando otro era listo estaba lleno de manías, cuando a uno le gustaba pasear resulta que también estaba loco por la caza... en fin, que no terminaba de dar con el perfil que se le ajustara.
Y así fueron pasando los años y la joven hermosa pasó a ser una mujer madura y hermosa, y la fila de pretendientes seguía constante a su puerta. Y el adecuado sin aparecer. Y los años pasando. Y la mujer madura y hermosa pasó a ser una mujer mayor y hermosa, y la fila de pretendientes impertérrita llena de hombres que la pretendían.
Hasta que llegó un momento que la mujer protagonista de esta historia se vio muy mayor y pensó, "caramba, a este paso me muero soltera y entera", y decidió hacer algo resolutivo y definitivo, se quitó la dentadura postiza (que a estas alturas ya la llevaba usando desde hacía unos años) y la lanzó a lo lejos diciendo: "¡el que encuentre mis dientes se casa conmigo!"
Pasada la sorpresa inicial una caterva de candidatos salió en busca de la dentadura postiza. Al poco tiempo uno de ellos, de origen inglés, levantó la mano con media dentadura en ella y gritando "¡her encía!, ¡her encía!" (es decir, su encía, su encía, en un mixto anglohispano). Daba tan grandes voces que por todo el lugar se le oía exclamar su grito de júbilo "¡her encía!" Pero en ese momento otro pretendiente encontró la otra mitad de la dentadura y se inició la discusión, unos decían que el inglés, otros decían que el otro, otros que los dos, otros que ninguno. Para resolver la cuestión se quedaron en el lugar discutiendo pero no hallaban respuesta, así pues el tema se prolongó durante años, y mientras unos hablaban otros acomodaban el sitio para el discurrir de los días: vamos, que se construyeron casas y calles y plazas... y cuando se dieron cuenta allí había un pueblo y dieron en llamarlo HerEncía, por las grandes voces que el pretendiente inglés seguía dando como gran argumento para ser él quien se casara con la bella dama. Y de HerEncía a Herencia un masticar de dientes (postizos o no).
Y por hoy vale.

martes, 1 de junio de 2010

Pedro Muñoz

Me llega una carta electrónica (email) de Sandro Weltz sugiriendo que el nombre de este pueblo sea similar al de Miguel Esteban. Craso, crasísimo error. No se puede generalizar lo único ni repetir lo irrepetible.
Además el origen del nombre de Pedro Muñoz es claro y conocido. Se debe a un pleito que el arcediano Pedro Muñoz ganó al Arzobispo de Toledo, ahí es nada, en el siglo XIII (época en la que la Justicia era todavía más lenta que la de ahora. Y no tan justa).
No he de extenderme con este asunto que viene todo explicado maravillosamente aquí (véase epígrafe Edad Media).
Por hoy vale.

Miguel Esteban

Son pocos los datos que hay sobre el origen del nombre de este pueblo. Algunos hablan de un tal Miguel Estébanez, arcediano del lugar, pero nada sustancioso.
Hay quienes dicen que a la hora de nombrar la aldea, recién nacida, se dudaba de si tenía cara de Miguel o de Esteban, y finalmente le pusieron nombre compuesto y todos contentos. Como percibirá el inteligente lector, la lectora inteligente, esta sugerencia es mera tontería.
Hablan también de una duda a la hora de nombrar a aquél que fundó el pueblo, si era Miguel, si era Esteban. Y hala, de nuevo consenso: pues que sea Miguel Esteban.
Estas elucubraciones posteriores parecen sacadas del magín de Sandro Weltz, hagamos pues caso omiso de las mismas.
Lo cierto, muy cierto, es que el lugar tiene vestigios romanos, así sus orígenes son remotos pero nos pueden dar pista del asunto. Cuando la romana gente llegó al sitio, en vez de presentar batalla los habitantes de la aldea sugirieron un ayuntamiento de agrupación: que el jerifalte de los nativos (un tal Miguel) y el mandatario de los romanos (un tal Esteban) gobernaran juntos. A los romanos les pareció bien e hicieron la concesión. Y funcionó. La armonía se instaló en el lugar, el diálogo proliferó, los encuentros fueron muchos y mayores que los desencuentros. La villa floreció.
Visto lo visto los romanos exportaron este modo de conquista (integradora) a otros lugares. Y así fue como se hicieron (a la chita callando) los dueños del mundo (conocido), más o menos.
En recuerdo de aquel binomio fantástico el lugar tomó para sí el nombre de los dos primeros protagonistas de la historia local: Miguel y Esteban.
El nombre pues no viene de una duda (o Miguel o Esteban), sino de una certeza (Miguel Esteban) que fue progreso y florecimiento de la civilización toda.
Por hoy vale.

Madrigueras

Uno lee estudios referentes a los orígenes del nombre de este pueblo y se desmaya de obviedad y botaratismo. Dice (la respecto de la antedicha frase) Sandro Weltz que el nombre de este pueblo se debe a que en el lugar había muchas madrigueras. Qué raro (exclamo aquí entre estertores de desesperación) que no haya sugerido que los habitantes del lugar vivieran en madrigueras cual hobbits.
En fin, vayamos a lo serio.
Yo estuve en el lugar y paseé sus calles, me admiró la chiquillería jugando a canicas y las madres yendo a por los hijos a escuela en bicicleta: pueblo tan civilizado en pocos sitios he visto.
Digo que paseé sus calles y anduve por sus archivos apócrifos, por eso descubrí que hay quienes dicen que el origen del nombre se debe a su breve capitalidad. Me explico. Bien sabido es que Madrid fue fundada por su céntrica ubicación para ser cabeza del reino. Pues bien, el primer lugar donde Madrid fue ubicada es donde hoy está la villa que nos ocupa. Ahora bien, tras unos años de su creación se decidió refundar la ciudad en el lugar donde hoy está (me refiero a Madrid) y desde entonces este pueblo fue conocido como Madrid-eras (porque había sido Madrid y ya no lo era) y de Madrid-eras > Madrideras > Madrigueras... un paso lógico.
Si bien esta opción parece la más lícita, hay quienes dicen que el nombre de Madrigueras se debe a otro motivo distinto: al parecer el pueblo fue fundado entre un mar de higueras. Y por eso el lugar fue conocido como Mar de Higueras > Mardehigueras > Mardigueras > Madrigueras.
En fin, de las higueras hoy no queda ni una breva, pero el rumor de sus hojas suena en el nombre del lugar.
Por hoy vale.