El rey, guasón por demás, le dijo que le daría tan amplio término municipal como pudiera barrer en 24 horas. El noble no se achantó.
El día señalado la Corte en pleno se preparó a ver el espectáculo. El noble barrendero, para no perder el ritmo del barrimiento llevó consigo un grupo de tambores que se lo marcaban. Al cabo del día el noble había barrido 324, 96 kilómetros cuadrados, ahí es nada.
Y ese es el término municipal del lugar, que no es chico.
El nombre, como habrá deducido el lector sabio, proviene de "todo lo que barra" >Toloquebarra > Tolobarra > Tobarra.
Y es también en esta historia donde se da explicación a la afición, tradición y magisterio del tambor en el lugar.
Por hoy vale.
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